jueves, 28 de diciembre de 2017

Porque ya no hay



Muchos meses hace que me encontró este poema de Felipe J. Piñeiro.

Durante todo este tiempo ha permanecido guardado pero no ocioso, de vez en cuando visitado pero nunca sacado a la luz; hasta hoy, que aquí lo ofrezco y presento a su autor.

Del libro El ladrón de sentimientos, Ed. Eolas


The Two Saltimbanques. P. Picasso
Porque no hay

Porque ya no hay poesía
ni Romeos seductores de noches,

porque ya no hay faldas con derechos
entre pantalones sin desnudez,

porque las aventuras divertidas
ya no roban el peligro,

porque ya no hay baladas
que excusen las copas de más
y los besos de menos,

porque ya no hay caricias
aquellas que eran sinceras,

porque ya no hay miradas cómplices
entre modas pasajeras
todas vacías de blancas sonrisas,

porque ya no hay vida
entre manos que no se tocan
ojos que no se miran
y labios que ya no besan.

Poema de acceso público en su página http://www.felipej.com

domingo, 12 de enero de 2014

Pajas

Como tantas personas de mi generación  educadas en la castrante tradición judeo-cristiana y su integrismo corregido y aumentado por el casposo nacional-catolicismo aquí impuesto (el resto de la mayor parte de religiones no son mejores en lo que a sexo se refiere, pero a nosotros nos tocó ésta), tuve durante mucho tiempo -incluso tras años sin el más mínimo contacto con templos, curas ni casi practicantes- cierta culpabilidad al masturbarme.

Una vez librado completamente del yugo eclesial, el ambiente social impuso el suyo.
Ya desde adolescente, si te la cascas es porque no follas. 
Follar era un éxito social, masturbarse era de pringados que no encontraban con quién revolcarse.

Cuándo entré por fin en el club de los “adultos que habían conocido mujer”, las pajas quedaban reservadas para las épocas de sequía en las que no se mojaba.
No una opción más, sino un sucedáneo.
Tuvieron que transcurrir otros cuántos años hasta considerar  la autoestimulación una forma más de sexo, y masturbarme aun teniendo una vida sexual activa.
En la misma proporción que el sexo en pareja fue disminuyendo, las pajas fueron aumentando. 
Hasta convertirse en la única opción por decisión propia, tal y como conté en la presentación de este blog
 ¿Que si no me apetece follar/hacer el amor con una mujer?



Por supuesto que sí, pero con quién podría, no quiero; y con quién quisiera, no puedo.
Desde la autoconfesión que inauguró este blog hasta ahora ha habido  felices encuentros  con amigas,  pero esporádicos y siempre eso, "encuentros" sin cita previa para ello.
Por diversas razones, hasta ahora no he salido a buscar sexo. Una de ellas la discreción debida. No sólo por mí,  sino también por respeto a la persona con la que aún comparto casa, pues donde vivo, donde me muevo y alrededores nos conocemos todos.


Así que el sexo solitario es lo que demomento me queda para disfrutar del cuerpo de tanto en tanto.

¿Cómo? 
Para mí las pajas siempre fueron una cosa muy seria, y por tanto merecen su tiempo y su espacio  adecuados, no valen ni las prisas ni cualquier sitio.  
En general seguimos teniendo la percepción de una  “paja masculina” como algo con muy poco glamour, que es mucho más sexy ver jugar a una chica, con el “dedito” o con alguno de los juguetes que existen para ellas.
Quizá porque asociamos la imagen de él a una manuela apresurada, de pie frente al inodoro, y en cambio, imaginamos a la chica tumbada plácidamente y sin prisas en su cama acariciando todo su cuerpo.   
A mí me va más la cama o el sofá, donde poder estar sin ropa, y en el que quepa también, aun siendo incorpórea, la acompañante que haya inspirado las fantasías con que me excite; y en el que abandonarme a holgazanear - o directamente dormir- tras el orgasmo, sin necesidad de tener que subirme los pantalones y salir disparado tras tirar de la cadena.







¿Qué me inspira?
Si no es premeditada, qué puede excitarme hasta masturbarme?
Estoy de acuerdo en que los hombres somos muy visuales, no soy una excepción. Un buen polvo en una peli puede ser muy excitante, pero en general el porno es tan aséptico, hay tan poco contacto piel con piel más allá del émbolo  triqui-triqui o boca-chupando-polla, que la verdad, a mí me inspira poco. Los videos amateurs que hoy podemos ver en la red son un poco más reales, con más  abrazos, restregones y besos y menos posturas acrobáticas, pareciéndome algo más excitantes que la pelis de actrices neumáticas. Bueno, salvo cuando los actores aficionados pretenden imitar a l@s porno-star, y graban sus magreos   con  imágenes pésimas, con una ambientación cutre o directamente en una habitación-leonera, una iluminación desastrosa, y  un sonido o estridente o inexistente, lo que convierte la superproducción XXX en una auténtica cagada. Y así, la verdad, yo no me caliento.
Me inspira mucho más el sexo escrito. Quizá el haber descubierto - y leído- una versión porteña de “Trópico de cáncer” en mi adolescencia tenga algo que ver en esto. Feliz descubrimiento. 
Desde entonces para acá, he descubierto muchos autores cuyos textos me han entonado lo suficiente como para continuar la historia en mi mente debidemente adaptada a mis personajes.
 
¿Con Quién?
Dicen que la masturbación femenina ha sido siempre un tema tabú. Estoy de acuerdo, y añadiria lo mismo respecto a la masculina, de la que tampoco es que se hable mucho. Al menos yo no he oído en conversaciones entre hombres hablar de las pajas que cada uno se hace ni del cómo ni con quién.
Si esto es así entre hombres, ni que decir tiene que jamás he visto a ningún hombre sacara el tema ante mujeres, y mucho menos ante la inspiradoras del calentón y seguramente acompañante virtual en el posterior desfogue. Ante el sexo opuesto, ocultación absoluta.

Cierto día, una amiga de juventud me confesó que acababa de masturbarse pensando en mí, en el baño del pub donde tomábamos unas copas. Y se quedó tan ancha! Ni que decir tiene que,una ve superada la incredulidad inicial, esa confesión me llenó de orgullo, supongo que a la mayoría de hombres les ocurirrá lo mismo. A las mujeres no sé, me da que no a tantas les gustaría oír algo similar.

E inmediatamente pensé:  
“Si le digo yo eso a una tía, me da una hostia; o como mínimo, me llama guarro; 
A continuación se enteran todas sus amigas, con lo que paso a ser ante todas ellas un salido y un sátiro; 
Y por supuesto sin la más mínima posibilidad de acercarme nunca más a ninguna de ellas, si es que alguna vez la hubiese habido”.


Hace unos años oí a un escritor hablar de la "pajas positivas". 
Esas en las que, lejos de "aprovecharte de tu partenaire" para tus propios desfogues, la incluyes en
tus juegos para disfrute de ambos, transmitiéndole así  energía +++, y pensé: Es como mandar un beso o un abrazo en la distancia, tú lo envías con todo tu cariño, pero no va a llegar.  ¿O sí?. 

Y entonces cambié mi apreciación de las “participantes”: De considerarlas alguien a quien incluyo y de quién me sirvo sin su consentimiento para mi placer a solas, a alguien a quién considero y aprecio, y por eso la incluyo en mis juegos.

Selecciono por tanto a quienes me acompañan en momentos tan lúdicos y gozosos para ambos.
Por supuesto, cuenta más su personalidad y  mi relación con ella que su físico. 
Por ello, mis musas de sexo solitario son mujeres conocidas. 
No me suelen inspirar las celebrities; por buenas que estén, puede que al verlas tan lejanas y encumbradas (y tantas taaaan gilipollas) y  no haber tenido el suficiente contacto con ninguna como para imaginar que podríamos acabar retozando juntos.
Siempre me pareció más morboso incluir en mis juegos a mujeres  cercanas en la vida real,  seguramente por ver algo más alcanzable pasar con ellas del sueño y la fantasía a la realidad.
 
Puede que esa relación "real" sea exclusivamente de mera cordialidad y no haya más intercambio que un buenos días, una sonrisa o un  gracias si es alguien que me atiende o con la que me cruzo en un lugar público.
O una amiga con la que me tome unas cervezas, incluso que compartamos ciertas confidencias. Pero siempre una persona agradable, o con quién tenga buena relación. De tal modo, que cuándo   me he enemistado o simplemente alejado de una chica habitual hasta entonces en mis fantasías, ésta ha dejado de estar presente en ellas; y su hueco pasa a ser ocupado por otra  más afín o cercana. 
También ha ocurrido alguna vez que, tras un tiempo distanciados, se haya recuperado la amistad, y con ella, los calentones y polvos virtuales con esa persona. 

Muy pocas entre estas protagonistas de mis manuelas han conocido su condición de amantes en la distancia, más o menos las mismas de las que he conocido que para ellas yo era tambien inspirador de sueños húmedos y momentos distendidos a solas.
Y es que sabemos mucho menos de las pajas de los demás que de su sexo compartido. A veces nos enteramos de quién ha echado un polvo o tiene un affaire continuado con quién, y conocemos los nombres de los amantes que han tenido nuestr@s amig@s, pero seguro que casi nadie, salvo excepciones, le decimos a otros en quién nos inspiramos para nuestros toqueteos a solas. Al menos, entre hombres no lo he oído nunca, no sé si entre chicas es distinto.

Desde aquí mando un fuerte abrazo a todas las chicas inspiradoras de mis ratitos calientes, pasados, presentes y futuros.

Esta es una visión personal y por supuesto masculina. 
Invito a quién quiera exponer la suya, a hacerlo en este cuarderno con tu nombre, tu nick o anónimo, como las encuestas. Sobre todo a las chicas, para tener un opinión del otro sexo.

Si es muy largo para un comentario, lo puedes enviar por mail. Gracias

Y para terminar, que sí, que una gañola está bien para desfogarse, y no me traumatizo por estar (temporalmente, espero) a régimen, pero donde esté un buen revolcón...

Así que os deseo a tod@s mucho y buen sexo compartido y si entre polvo y polvo os apetece una pajita, pues ¡hala! a darle gusto al cuerpo!
Aquí podeís ver otras formas de proporcioarse autosatisfacción:

 http://www.eljueves.es/2012/07/31/masturbarse_como.html

Un abrazo a tod@s, y gracias de nuevo por vuestra paciencia, fidelidad y por perdonar mis ausencias. 









domingo, 30 de diciembre de 2012

Buenas noches






Nunca lo pactaron verbalmente, pero fue como un acuerdo tácito que se metía cada noche en la cama junto a ellos dos.
Si él le decía “buenas noches” y se giraba, dándole la espalda, eso implicaba que esa noche no habría sexo. Y tampoco habría caricias, ni abrazos, y con el paso del tiempo ni un beso siquiera.

Cuando en cambio él se metía en la cama y no decía nada, quería decir que tarde o temprano sus manos se posarían sobre ella, generalmente empezando a acariciar su espalda, su pelo, acercándose más a ella, besando su nuca, apretando su miembro cada vez más erecto hacia ella….y ella se dejaría hacer, correspondiendo con gestos y caricias a su petición, hasta que se giraba y él se posaba sobre ella para colmarla de placer.

Ese acuerdo nunca firmado y que nunca fue de mutuo acuerdo hizo que él hiciese cada vez más patente y latente su falta de deseo hacia ella.

Y ella, sintiéndose poco mujer, poco atractiva ante los ojos de él y mucho menos deseada, se dejó llevar, y dejó de intentar acercarse a él tras varias negativas, y abandonó también el deseo.

Y durante años, la actividad en aquella cama dependía única y exclusivamente de esas dos palabras: buenas noches, siempre pronunciadas por él.

La última vez que él se acercó a ella, la tocó, íntima y dulcemente, y ella sintió mezcla de placer y dolor. Sin premeditación, y sin saber si hablaba su mente, su corazón o su sexo, le dijo “buenas noches”, se giró y no ha habido desde entonces más noches compartidas

lunes, 12 de noviembre de 2012

+ de 2

Remitido por "bouchard":

Hola Vlixes: Cuándo llegué a este blog a través de un comentario tuyo en otro, no necesité más que leer unas líneas para sentirme identificado con loque describes en tus enradas.
Creo que puedo considerarme una persona hedonista, pues aprecio los placeres de los que puedo disfrutar en esta vida.
Claro que como no nací rico, me veo obligado a trabajar para vivir, por lo que mi hedonismo se queda muchas veces en la imaginación y el deseo.




Entre todos los placeres carnales, el del sexo, es quizá el más placentero, puede el que de manera más asequible podemos disfrutar, pues sólo requiere contar con alguien con mutuo deseo por uno, por lo que ha sido uno de los que más he procurado cultivar. He vivido en este aspecto experiencias muy placenteras.

Tras años de convivencia con la misma persona es fácil caer en cierta rutina, y no soy en ese sentido una excepción.


En la relación sexual con mi pareja, casi siempre he sido yo el que ha llevado la iniciativa. Muy pocas veces ella ha iniciado los juegos, si no en momentos en que yo previamente había preparado (a veces con mucho tacto y esfuerzo) el terreno.
Lo mismo ha ocurrido con los nuevos juegos, caricias, disfraces, escenarios, variaciones, compra y uso de productos o juguetes, en fin, la pimienta para aderezar de cuándo en cuándo el menú del día para convertir el “hoy toca” en algo más lúdico y divertido.
Según la situación, el humor y la receptividad de mi compañera en ese momento, los resultados han sido dispares, por lo que, cuándo se me ocurría algo, antes de proponerlo le daba muchas vueltas al asunto para no errar el tiro.
Desde hace años la situación  se ha agravado, y la rutina se ha instalado definitivamente en nuestra relación.
Procuro hacer memoria para establecer una fecha del inicio de su inapetencia, de su falta de deseo cad avez más acentuada, de cuándo empezaron a espaciarse los encuentros sexuales más allá de lo razonable.
Al no lograr establecer la fecha del inicio, se me ocurrió (cosas que pasan por la mente en algún momento de las muchas horas meditando, a veces alternando con cigarritos inspiradores)  cambiar el motivo a evocar repasando recuerdos: En lugar de intentar recordar “los vacíos”, trataría de evocar “los polvos de los buenos tiempos,” y tratar de casarlos con otros hechos de los que conociera la fecha de su acaecimiento”.
Y así llegué a recordar algunas de las últimas fiestas privadas, y en todas había una constante: El bebé no había nacido.
Para no fiarme de la primera impresión, y confirmar o descartar la frontera en “desde que nació el bebé”, traté de recordar algún revolcón grandioso y situar dónde estaba el nene, y no pude recordar más que  fiestas fallidas, y muy pocas "especiales":

- Escapada al campo al atardecer con una botella de cava y dos copas escondidas en el maletero par darle una sorpresa, que acaba con “vámonos que no me siento agusto aquí”, y al llegar a casa ni se acuerda de a qué habíamos ido al campo;
 - Tarde en jacuzzi privado que acaba en discusión a viva voz regresando en el coche; 

- 14 de febrero con escenografía y atuendo para la ocasión (esta la montó ella) que acaba en discusión por ataque de cuernos; 

- Striptease (mío) espontáneo e improvisado, con transparencias, luces... que finaliza con un “ponte ya el pijama, que pongo la peli”... 
Y en el haber, un par de escapadas a hotel con encanto con buen resultado (ambas sorpresas montadas por mí, en una de las cuales me gasté lo que no tenía), un par de polvos memorables a mi vuelta de sendos viajes, y los más,  polvos de trámite, y últimamete, escasamente uno al mes.
Como seres humanos, afortunadamente contamos con imaginación y creatividad para ir un poco más allá de la situación y la realidad momentánea.
Aparecen o creamos en nuestra mente fantasías de distinta naturaleza que incorporamos a nuestros juegos, aportando nuevas sensaciones, al imaginarnos en la situación descrita.
En alguno de estos polvos “porque toca”, y para poner un poco más de picante, en los momentos de alta excitación, regalaba sus oídos  desgranando con lujo de detalles diversas fantasías.
    En estas fantasías a veces daba entrada a otras personas, normalmente anónimas, no fuera a ser que el "conocido" elegido no fuera de sua grado.
Desde hace tiempo fantaseo con acariciar y ser acariciado otros cuerpos, ser acariciado por otras manos; en fin, sentir de cerca de otras personas además de a mi compañera, e igualmente, que ella recibe las atenciones de otras personas.
En la pasión de algunos encuentros sexuales, mientras gozábamos de nuestros cuerpos inventaba y le relataba historias donde intervenían otros.
Es una fantasía recurrente en los hombres soñar con que están siendo agasajados por dos mujeres, que a su vez interactúan entre ellas.
Esa, en cambio, no ha sido mi fantasía más habitual.
A veces, cuándo la veía tan excitada en los juegos previos,  empezaba a contarle en detalle cómo otro hombre se acercaba y la comenzaba a acariciar, besar,  chupar...,  En estos momentos  notaba cómo le gustaba el relato y cómo se excitaba con mis palabras. Al cambiar de postura y juego mutio, interrumpía la narración, y cuándo me parecía seguía con ella. Cuándo, normalmente ya acoplados y camino del éxtasis, en ese momento reanudaba el cuento, notaba cómo ella aceleraba sus movientos de cópula para adelantar la llegada de la explosión final. 
Otras, al inicio del cuento, con la descripción del entorno y los participantes, le preguntaba sus preferencias de la historia, como cuántos machos quería que la atendieran, y la respuesta más habitual era: 
- Trrrreeeeeesssssss. 
- ¿Tres? ¿No tienes suficiente con dos?
- No, tres, mejor tres.
Y continuaba desgranando los juegos que orquestábamos entre los tres con el único fin de satisfacer su lujuria y llevarla a fundirse con las estrellas cuándo su cerebro no pudiera asimilar ya más dopamina, serotonina ni demás -inas que licúan la materia gris en el momento sublime en que el nada más importa que sentir la descarga que sube por la columna estremeciendo cada una de las vértebras.
Al acabar, en cambio, si yo en algún momento me atrevía siquiera a insinuar contactar con otras personas para ver la posibilidad de hacer algún juego real  (empezando por algo suave, como que alguien nos haga fotos a ella o a nosotros dos mientras jugamos), se negaba de plano.
 Algo que no me encajaba mucho dada la lujuria que le había despertado antes lo relatado por mí.


Ahora bien, no todos tenemos las mismas fantasías, ni de la misma intensidad, o aún teniéndolas, no las aceptamos ni incorporamos en el mismo grado que nuestra compañer@.
Cuándo le pedía que ella también me relatar alguna fantasía que le excitara,a duras penas alguna vez hilvanó un esbozo, ysiempre comprometida por mi insistencia, ypronto me daba cuenta de su incomodidad, por lo que cambiaba de tema, y  muy pronto dejé hasta de insinuarlo siquiera. Al acabar casi todos estos polvos en los que, o le contaba o le pedía idear situaciones, casi siempre me recriminaba el ”que quisiera meter a otros en nuetra relación”  “que ella no quería estar más que conmigo”
Como decía anteriormente, en un momento determinado la curiosidad  de una persona respecto a algo concreto no tiene por qué ser igual a la de su “partenaire”. Si esta situación se repite, y las coincidencias no aparecen nunca, se opta por (aunque se sigan teniendo las fantasías) guardarlas para uno mismo y no exteriorizarlas nunca, llegando a pensar: ¿Soy un extravagante? ¿Esto que me pasa es normal? Dudas similres a las ya superadas de la adolescencia.
Cierto día de primavera, se produjo un hecho que me llamó la atención. Tras una cena con otra pareja, sepropone por uno de los cuatro (no ella, evidentemente) un juego caliente. La desnihibición del alcohol facilitó aue participara de buen grado, sin niguna presión. No me extrañó demasiado que se prestara al juego, pues un poco antes de la cena,  había presenciado algo que en ese momento me sorprendió, pero no me desagradó: Otra  persona con la que ambos estamos tomando elaperitivo, se acerca a darle un beso , y ella le corresponde. Un beso caliente, no muy largo, pero con entrelazado de labios y leve saluuo entre ambas lenguas. Entonces estábamos conel primer vaso de vino, por lo que aún no le podía achacar el atrevimiento al alchool.
Para mayor sorpresa aún, aldía siguiente,ademas de resaca, tenía  cargo de conciencia, advirtiéndome en primer lugar que lo había hecho para seguirme la corriente, y que no pensara que por lo de anoche ya nos habíamos convertido en una pareja liberal y que a partir de ahora  íbamos a follar por ahí con todo el mundo.
Evidentemente, no éstos no son temas a tratar con cualquiera, y a falta de alguien con quién hacerlo, podemos informarnos bebiendo de distintas fuentes, hoy más que nunca a nuestro alcance; en ningún otro tiempo hubo nunca tal cantidad de información a disposición prácticamente de todos, (libros, revistas, películas, y cómo no, en la fuente de información actual por excelencia: la red de redes, internet).
Conoces entonces de la existencia de foros donde se habla de estas fantasías, portales y clubs de parejas que contactan con otras para compartir (o realizar) sus fantasías. 
Para no hacer esto demasiado largo, mejor sigo con ello otro día.
Un saludo .Gracias por ofrecereme tu sitio para poder contar mi caso   

miércoles, 6 de junio de 2012

Ya no la deseo

 He conseguido dejar de desear a mi mujer. ¿Cómo? A fuerza de reprimir el deseo, éste acaba por atrofiarse
Y, ¿Por qué reprimir el deseo?
Por diginidad
¿?
Cuando las excusas para no tener encuentros sexuales se suceden una y otra vez, por lo que se van espaciando cada vez más,
Cuando los que se producen siempre son por iniciativa mía, pues jamás ella muestra deseo alguno hacia mí, ni se acerca, ni me acaricia…
pues eso, que un día uno dice:
Caramba, ya está bien!
“Si, como dice cuando hacemos el amor, le gusta tanto, pues que sea ella por una vez la que dé el paso y se me insinúe si quiere algo”.
Y claro,como no lo hace, pasamos un día y otro, y una semana y otra sin apenas contacto físico más allá de un beso de buenas noches y otro de buenos días.
Así que, a pesar de que la carne es fuerte y a veces cuando la veo en según qué situaciones saltaría sobre ella como un león, me contengo cada vez más para conservar algo de dignidad.
Como no se me ocurriría contar esto a nadie que la conozca por respeto a su intimidad, he encontrado aquí el lugar idóneo para ello, y de paso desahogarme.
Este es el inicio de mi nueva doble vida:
Compartir esto con vosotros.
Iré poniendo aquí mis reflexiones sobre mis relaciones de pareja. Seguro que hay más personas en mi situación, con quienes espero departir desenfadadamente, compartir secretos y lo que se nos ocurra.
Agradezco a Mss O´Hara que haya puesto a nuestra disposición este espacio para poder sincerarnos anónimamente. Le mando un cariñoso abrazo a ella y a todos los participantes en este foro. CycC

Esta es la primera confesión pública que hice de mi propósito de iniciar una doble vida, calculo que a finales de enero, por las fechas de los comentarios; un poco antes de poner al problema de mi pareja el nombrecito de la entrada anterior, y de encontrar todos los artículos sobre este asunto mencionados allí.
Las iniciales de la firma son las que al final han dado nombre a este blog

Puedes leerla con los comentarios de otros en:

Tardé un poco en publicar la continuación: 

He intentado de todo para sacar a mi pareja de esa situación ( incluidas visitas a psicólogos). Algunas, esporádicamente han funcionado, otras no, pero uno se cansa de ser siempre el que tira del carro. Mi autoestima diariamente se ve afectada al no sentirme nunca deseado y ya he desistido de arreglar nuestra relación, al menos en lo tocante al sexo.
Así que he tomado algunas determinaciones al respecto, para al menos no quedarme yo célibe para siempre:
1 No proponerle nunca más sexo. He llegado a la conclusión de que no se merece los estupendos polvos que le (nos) he proporcionado. Si hubiera dependido de ella, habrían sido muchos menos, y peores
2 Si ella insinúa, pero no propone directamente, hacerme el sueco (he aprendido mucho de tanto sufrirlo)
3 Si propone directamente, depende de cómo me pille (Tampoco soy un asceta, la carne es fuerte y yo paso mucha necesidad)
4 He decidido cruzar el Rubicón, así que ya sólo me queda buscar con quién, cómo, cuándo y dónde.
Un abrazo solidario a tod@s los que sufren este problema, que por un casual he podido ver en otro foro que los sexólogos llaman procrastinación que somos multitud, hombres y mujeres.
Hasta pronto. CycC


En esta segunda confesión, más debatida que la primera, prometí a una de las comentaristas contar mi primera infidelidad, que es lo que estoy haciendo en mi blog  http://erodisea.blogspot.com.es/